“La teoría del todo” y cada respiración en la ELA
Hay quienes temporalizan su esperanza en programas económicos a 20 años, proyectos industriales a 10 años, autogestiones a 5 años, inversiones a 1 año pero hay quienes esperan poder respirar aún las siguientes 24 horas y sumando la esperanza diaria consiguen sobrevivir gota a gota algunos meses e inclusive algunos años. Ahora, también hay quienes les arrebataron la esperanza con un sólo proyectil que atravesó su tórax, en un país violento como el nuestro todos somos de alguna forma sobrevivientes.
Somos falibles, mortales, como Prometeo tendremos que presenciar repetitivamente como se deshace nuestra realidad biológica pero a diferencia de él, no hay un He racles liberador. Queda la profundidad del pensamiento en todo su espectro desde la razón, el arte y el sentimiento, lo estrictamente humano decantado y único. Y es este pensamiento, el sello de cada una de las personas con ELA que estremece cuando Redmayne con un parpadeo, una sonrisa o una frase computarizada sobrepasa su condena paralizante y sigue existiendo en el mundo de las ideas y en el mundo de los afectos.
La frase de Hawking “mientras haya vida hay esperanza”; reivindica el esfuerzo de muchos de nosotros para construir una mejor vida, en la subjetividad que cada uno piensa su vida, dure lo que dure, inclusive una mejor forma de morir, sin dolor, cueste lo que cueste. No se nos dio la opción de la inmortalidad, pero sí la autonomía y el aprendizaje como comunidad.
No puede haber orfandad si nuestra solidaridad como médicos y simplemente humanos genera cambios de paradigmas rígidos en las relaciones humanas.
Martha Peña Preciado
Neuróloga, Universidad Nacional de Colombia.
Grupo de trabajo en ELA, Instituto Roosevelt
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